NEGOCIADO PARA LA CONQUISTA DEL PERÚ, CONTRATO ENTRE LUQUE, PIZARRO Y ALMAGRO
POR: JOSE A.
GAMARRA AMARO
UNMSM
Las
expediciones de conquista estuvieron organizadas sobre una base empresarial
privada, debiendo contar con autorización del Rey. El producto que obtenía la
empresa como resultado de sus actividades de saqueo u otras era repartido entre
los inversionistas, de acuerdo con el aporte personal de cada uno, así como los
participantes de la expedición 1.
En consecuencia, los conquistadores tratarían de obtener el mayor beneficio de
sus expediciones y solo el poder estatal pondría freno a sus inmensas
expectativas.
La
presencia de religiosos en las expediciones de conquista obedecía a la
necesidad de proveer a la empresa del sustento ideológico, pero estas también
cumplieron el papel de informantes y fiscalizadores en favor de la corona, en
otras palabras, se convirtieron en el aliado natural de la corona en su
enfrentamiento a los encomenderos (Horts Pietschmann, 1989: 108 – 109). En el
presente trabajo se presentará atención a la fugaz presencia del cura Hernando
de Luque como socio de la empresa de conquista del Perú, además de los acuerdos
o contratas para la conquista entre Pizarro y Almagro.
La compañía establecida para el
descubrimiento y conquista del Perú por Pizarro y Almagro tenía sus
antecedentes en otras que ambos socios habían acordado en Panamá para el manejo
común de sus bienes, siendo Almagro siempre el segundo en la sociedad y encargado
de los asuntos de aprovisionamiento para los que tenía una excepcional
habilidad (Mellafe 1954: 35-36; Lockhart 1972: 174). Por lo menos desde 1519,
integraron expediciones, aunque no se sabe cuando se constituyó la compañía,
que quizá nunca fue estipulada por escrito. Por ejemplo, en 1522, Pizarro y
Almagro tenían la encomienda del pueblo indígena de Chochama, donde
presumiblemente habrían participado (Mellafe 1954: 36).
Precisamente en ese año de 1522 aparece por
primera vez en documentaciones estudiada por historiadores un vínculo entre
Pizarro, Almagro y Luque a quien se le considera tradicional y erróneamente el
“tercer socio” de la conquista del Perú, pero sí financista principal de la
misma.
Como
sabemos, el primer viaje marítimo de Pizarro al Levante corresponde a fines de
1524. Le llamaban Levante para designar a la región costera situada hacia el
sureste de Panamá, donde más tarde recibiría el nombre del Perú. Muchos querían
venir al Levante, por ejemplo, Pedrarias, gobernador de Tierra Firme, si no
hubiese sido por la sublevación de Hernández de Córdova contra Pedrarias quizá
otro capitán habría sido el conquistador del Perú.
Al
marcharse Pedrarias a Nicaragua, quedan Pizarro, Almagro y el Padre Hernando de
Luque, Provisor del Obispado de Tierra Firme2. A este momento es que corresponde el discutido contrato de
Compañía del 26 de marzo de 1526, suscrito ante Hernando del Castillo,
escribano de Panamá. Los tres socios anuncian su propósito de conquistar los «reynos
llamados el Pirú», los situados en la región del Levante. Hernando del
Castillo acredita que Pizarro y Almagro reciben del Padre Luque, 20 mil pesos
en barras de oro, o sea nueve millones de maravedís (unos 5 millones 625 mil euros). Los tres se asocian en forma de compañía a pérdida o
ganancia y si Luque aporta esa suma, los otros dos invierten en ella los bienes
que tienen en común, la licencia del gobernador para descubrir y también, sus
personas. Luque dice:
“(…) yo he de gozar la tercera parte, y la otra
tercera para el capitán Francisco Pizarro, y la otra tercera para Diego de
Almagro, sin que el uno lleva más que el otro, así de estado de señor, como de repartimientos
de indios perpetuos, como de tierras y solares, y heredades, como de tesoros y
escondijos encubiertos, como de cualquier riqueza o aprovechamiento de oro, de
plata, perlas, esmeraldas diamantes y rubíes, y de cualquier estado y condición
que sea, que los dichos capitán Francisco Pizarro y Diego de Almagro, hayas y
tengáis en el dicho reyno del Pirú, me
habéis de dar la tercera parte. Y nos,
el dicho capitán Francisco Pizarro y Diego de Almagro, decimos que
aceptamos la dicha compañía y la hacemos con el dicho don Hernando de Luque de
la forma y manera que lo pide él y lo declara para que todos, por iguales
partes, hayamos en todo y por todo…(y) para mayor fuerza que lo cumpliremos, con
en esta escritura se contiene, juramos a Dios nuestro Señor y a los Santos
Evangelios, donde más largamente son escritos, y están en este libro misal
donde pusieron sus manos el dicho capitán Francisco Pizarro y Diego de Almagro,
hicieron la señal de la cruz…” 3
Este es uno
de los documentos más famosos de la historia de América y sirve para ilustrar
la organización de las compañías particulares que hacen la conquista.
Prescott (1851: 63) escribiría:
“Tal fue el singular contrato con que tres individuos
oscuros se repartieron tranquilamente entre sí un imperio, de cuya extensión,
poder y recursos, de cuya posición, de cuya existencia misma no tenían esacto y
seguro conocimiento. La manera positiva con que hablan de la magnitud del
imperio, de su abundante riqueza, cosa tan esacta como se probó después auu que
tan poco sabiau de ellas, forma un notable contraste con el escepticismo general
y con la indiferencia que casi todo el mundo manifiestaba en Panama”.
El texto de
la escritura notarial del Contrato de Panamá, de 1526, no figura en las
crónicas del quinientos, ni en los documentos coetáneos.
EVIDENCIAS QUE LUQUE FUE TESTAFERRO DE GASPAR DE
ESPINOSA
Como
segunda parte del contrato de 1526 hay que mencionar la escritura del 06 de
agosto de 1531, también suscrita ante Hernando del Castillo, escribano de
Panamá. Hernando de Luque hace cesión y traspaso de sus derechos, en esa
Compañía, a favor del Licenciado Gaspar de Espinosa, oidor de la Audiencia de
Santo Domingo y miembro de la familia de los Espinosa, banqueros de Sevilla y
Valladolid 4. Los 20 mil pesos
aportados en 1526, afirma el padre Luque, pertenecen al Licenciado Espinosa y
que por encargo de éste los tiene puestos en la Compañía hecha con Pizarro y
Almagro. Ahora cede y traspasa su derecho a la tercia parte y beneficios en la
persona de Espinosa y sus descendientes. Este la acepta en su nombre y en el de
sus herederos. El Provisor de Panamá declara en este protocolo notarial:
“(…) confieso que las dichas compañías que yo, el
dicho don Hernando de Luque, tengo hechas con los dichos gobernadores Don
Francisco Pizarro y Don Diego de Almagro, de la tercia parte que me pertenece
de la dicha gobernación y tierra de las provincias y reynos del Pirú, y todos
los demás que en ellos se hubiere, pertenecientes a los dichos gobernadores, la
dicha tercia parte, declaro que es del señor licenciado Espinosa, que está
presente y para él hice la dicha compañía de los dichos reynos y tierras del Pirú, y de todos sus
aprovechamientos y rentas, que los dichos gobernadores don Francisco Pizarro y
don Diego de Almagro me son obligados a dar,
para que vos el dicho señor licenciado Gaspar de Espinosa, lo hayáis y
cobreís…y os hago traspasación de todo ello…como cosa vuestra propia a ganancia
o pérdida, o lo que Dios Nuestro Señor en ello diere, e se desistió y
desapoderó [Hernando de Luque] de todo el derecho e acción que a la dicha
compañía tiene e puedo tener, e lo cedió y traspasó todo en el dicho señor
licenciado Espinosa…” 5
¿De dónde
podría haber cogido el cura Luque tanto dinero? Lo único claro y conciso que
podemos extraer los historiadores es que antes de la firma de 1526, hubo un
acuerdo entre Espinosa y Luque, para que este segundo sirviera en lo oculto y
reservado los intereses de Espinosa. De hecho, Luque se transforma en
fiduciario y encubre o se disfraza legalmente, prestando su nombre e identidad,
luego firma, emulando un acuerdo limpio y sacramentado.
Lo peor, la
escritura de 1531 tampoco aparece en las crónicas y documentos primitivos del
siglo XVI. Los textos de 1526 y 1531, a pesar de su indudable importancia,
pasan inadvertidas en la historiografía antigua. Existen dos copias del
traspaso de 1531, una en la Descripción General del Perú, de López de
Caravantes (compilación hecha a fines del siglo XVI y comienzos del siguiente).
Una síntesis de la primera copia es la divulgada por Quintana y luego por
Prescott. Versión completa de la segunda es la que publica José Toribio Medina
y que saca del Archivo General de Indias, en Sevilla. No son originales, son
traslados. El de Medina es un traslado que se hace en Lima el 9 de abril de
1616 y que reproduce la copia que sacan dos escribanos de esta ciudad en 20 de
enero de 1568. Gracias a la generosidad del insigne erudito español don Antonio
Rodríguez Moñino, podemos dar noticias del traslado que los escribanos de Lima
hacen el 20 de enero de 1568. Si el texto de Medina es una versión de 1616, el
del señor Rodríguez Moñino es más antiguo, de 1568. Además, este último a
diferencia del primero que viene junto al contrato de 1526, ofrece la
particularidad de reproducir solo la escritura de 1531.
Como Luque
estuvo involucrado, en la financiación de la empresa, en la Capitulación la
corona lo designó titular de la sede del obispado que se establecería en las
Nuevas Tierras. Por motivos vinculados a sus ocupaciones en Panamá, según las
explicaciones que diera él mismo, y luego por enfermedad y muerte en 1534,
Luque nunca llegó a pisar tierras peruanas ni ocupar el arzobispado de
Tumbes ni del Cusco.
Sobre este
contrato, hay muchos investigadores que niegan su existencia, pero está hasta
el hartazgo probado que existió, incluso el de Montesinos —analista que se
caracteriza y que tiende hacia lo fabuloso, como historiador más imaginativo,
falseador, fantasioso que verídico— fue estudiado y concatenado con nuevos hallazgos,
de las cuales se consiguió similitud de traslados.
Para
finalizar, sabemos de la escritura de 1531, que los 20 mil pesos no son de
Luque, sino del licenciado Espinosa. Sin embargo, hacia 1534, Fray Tomás de
Berlanga viene a decir una cosa muy distinta. Hace una investigación de las
rentas eclesiásticas de Panamá y encuentra que Luque muere sin dejar cuentas de
los diezmos, fábricas y limosnas:
“Sin tener otros bienes algunos de su patrimonio, y
que con lo que hubo de la renta del dicho obispado (el difunto), diz que tomó compañía con los
gobernadores don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro, para descubrir la
provincia del Perú (…) Murió casi sin sentido, sin pisar... [el Perú]”
Quedan
pues, noticias sueltas y mucho que descubrir e investigar acerca de Luque. A la
luz de la verdad, no fue el tercer socio de la conquista, sino el testaferro y
que su lugar tomó el cura Vicente Valverde, aquel que sí fue medio carnicero y
cómplice de la toma de Xacamarca. Dios nos consiga sin deudas, con verdaderos
amigos, con un buen albacea y confesados, amén.
NOTAS
1) Varón
Gabai, Rafael, su aporte dio otro vuelco a lo que se refería al pensamiento
españolística de creer que Pizarro vino
a la conquista de buena fe.
2)
Pablo Alvares Rubiano, Pedrarias Dávila, Madrid 1944.
3) Escritura
de Compañía entre Francisco Pizarro, Diego de Almagro y el Padre don Hernando
de Luque, para el descubrimiento del Perú – Panamá 10 de marzo de 1526. A.G.I.,
Lima 149. Esta transcripción ofrece variantes comparada con la versión de las
obras de Manuel José Quintana y William H. Prescot. Las ediciones que usamos
son de Quintana, Vida de españoles Célebres, tomo III (Francisco Pizarro),
Espasa-Calpe, Madrid, 1922, Apéndice II, Prescott, Historia de la Conquista del
Perú, Ediciones Mercurio, Madrid, S.A.
4) Sobre
Espinosa: Raul Porras Barrenechea. El testamento de Pizarro. Paris, 1936, nota
30; Guillermo Lohmann Villena, Un hombre de negocios en la colonización de
América: el Licenciado Gaspar de Espinosa, en Estudios Americanos (Sevilla).
Gaspar de
Espinosa, natural de Medina, Rioseco, bachiller y licenciado por Salamanca,
viaja a Indias con Pedrarias Dávila en 1514, investido de la Alcaldía Mayor de
Tierra Firme o Castilla del Oro. Concejero y conmilitón de Pedrarias.
Interviene amigablemente como mediador entre Pizarro y Almagro. Cumpliendo esta
misión viaja a Cusco, comisionado por Pizarro y muere en esa ciudad.
5)
A.G.I.; Lima, 149, publicado en José Toribio Medina, Colección de Documentos
Inéditos para la Historia de Chile, tomo VI, Santigo de Chile. 1895, pp. 41-43.
DOCUMENTOS Y
MANUSCRITOS
· “Nombramiento
de Pedrarias como gobernador de Nicaragua”, Valladolid, 1 de
· “La
reina al provincial de España de la orden de Santo Domingo”, Toledo, 21 de
abril de 1529 (AGI, Panamá 234, Lib. 3, ff, 303v-304v).
· “Requerimiento
de fray Tomás de Berlanga a Francisco Pizarro, Antonio Riquelme y García de
Salcedo”, Lima, 6 de noviembre de 1535 (AGI, Patronato 192, N° 1, R° 12).
BIBLIOGRAFIA
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“Spanish Perú, 1532-1560. A Colonial Society”.
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“Les Espinosa: Une
famille d'hommes d'affaires en Espagne et aux 1ndes al' époque de la
colonisation”. París. |
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Panamá, 1526 para el descubrimiento del Perú". Cahiers du Monde Hispanique el
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Rolando MelIafe y Sergio VilIalobos. Diego de Almagro. 2 vols. Santiago:
Universidad de Chile. |
MONTESINOS, Fernando 1906 |
“Anales del Perú”. Ed. de Víctor M. Maúrtua. 2 vols.,
Madrid. |
PORRAS BARRENECHEA, Raúl
1944-48 1968 1978 |
“Cedulario del Perú”. 2 tomos. Lima: Ministerio de
Relaciones Exteriores. “El nombre del Perú”. Lima: P.L. Villanueva. “Pizarro”. Editorial Pizarro. |
PRESCOTT, Guillermo 1851 |
“Historia de la
Conquista del Perú, con observaciones preliminares sobre la civilización de
los incas”. Imprenta
y librería de Gaspar y Roig, editores. Calle del príncipe N° 4. Madrid. |
ADVERTENCIA
Este trabajo es realizado
con fines académicos. Si su uso es con finalidades didácticas en educación
básica regular, se requiere la presencia de un tutor – profesor con formación
pedagógica universitaria de historia o a fines.
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