LITIGIO ENTRE JOSÉ GABRIEL TÚPAC AMARU Y LOS BETANCUR (1777-1780): LA GUERRA DE LOS AMARUS*
POR: JOSÉ A. GAMARRA AMARO**
José Antonio del Busto señala
que los Betancur “habían preparado su artimaña con años de anticipación”, de
tal modo que su engaño fuera perfecto. La profesora Rocío Quispe-Agnoli señaló en el 2021 que “Manuela Túpac Amaru, era una impostora, eso se sabe hoy en
día”.
En agosto de 1776 un tal Don
Diego Felipe Betancur acusó ante las autoridades del Cuzco al cacique Don José
Gabriel Túpac Amaru de ser un impostor, exigiendo que se le retiren todos los
cargos y privilegios que tenía, además de pedir que presente su partida de bautizo
y el de sus antepasados como defensa. Betancur añadió ser el legítimo heredero
de los Cacicazgos de Surimana, Pampamarca y Tungasuca, ya que supuestamente su
madre Manuela era hija de un tal Lucas Túpac Amaru, que era “Cacique de
Tungasuca”, y que estaba casado con Gabriela de Arce.
“Y respondieron algunos de los
indios concurrentes que Don Vicente José García les estrajo sus papeles
fingiendo ser apoderado de ellos y figurando ser su mujer descendiente de Tupa
Amaro y prometiendoles ser su defensor”. (Matias Baulen, 1785)
El litigio de manera formal
comprende los años 1777-1780, donde el cacique Don José Gabriel Túpac Amaru
enfrenta en la Real Audiencia de Lima a Don Diego Felipe Betancur Túpac Amaru,
quien estaba representado por su nieta María Gertrudis de Avendaño Betancur y
su esposo Don Vicente José García Rodríguez. Los Betancur-Túpac Amaru afirmaban
descender del último Rey Inca de Vilcabamba por la línea de un tal Juan Túpac
Amaru, mientras que José Gabriel Túpac Amaru por la línea de Juana Pilcohuaco.
Aparte de ello, y según su memorial, Diego Felipe Betancur había logrado ser
admitido en el Consejo de los 24 Electores Incas como representante de la
Panaca de Huayna Cápac, por lo tanto, afirma que los Incas del Cuzco le daban
su respaldo, lo que era falso.
“Don José Vicente García, no
solo actuó por la vía legal sino que sus relaciones sociales y su sagacidad le
permitió falsificar aún los decretos otorgados por el superior gobierno”. (ARC, 2004)
“De esta forma introdujo el
nombre de Don Diego y lo hizo aparecer como uno de los Electores del Cabildo de
los 24”. (D. Amado
Gonzales, 2017)
“Conque, si Don Juan Tito fuese
hijo de Don Felipe Túpac Amaro, tendría éste desde el año cuarenta y cuatro
esos nietos naturales legitimados, como hijos de Don Juan Tito Túpac Amaro
habidos en varias mujeres. ¡Rara monstruosidad! El año de mil quinientos
cuarenta y cuatro, aún no había nacido Don Felipe Túpac Amaro, que se supone
abuelo de esos nietos legitimados; de suerte que en todo es admirable la línea
de Don Diego Betancur; porque Don Felipe Túpac Amaro tuvo nietos aun antes de
nacer, y Don Diego tiene un tercer abuelo, cual es Don Juan Tito Túpac Amaro
que hasta ahora no ha nacido. […] Notará Vuestra Alteza que la Real Cédula
habla con Don Juan Tito Túpac Amaro, hijo de Don Felipe Túpac Amaro; tres veces
lo nombra, pero a la cuarta prosigue en estos términos: “que vos guarden y
hagan guardar y cumplir a vos Don Alonso Tito Atauchi, Inga, y a los dichos
vuestros hijos e hijas, etcétera”. Si la Real Cédula se dirige a Don Juan Tito
Túpac Amaro y a sus hijos, si con él habla y repite su nombre tres veces ¿por
qué a la cuarta ya se termina a Don Alonso Tito Atauchi y manda que a éste se
le guarden todos los privilegios en dicha Real Cédula contenidos? Este es un
renuncio conocido, y es un habérseles ido la mano al tiempo de copiar la verdadera
Real Cédula de dicho Don Alonso Tito Atauchi, porque Dios permite accidentes,
para que no prevalezca la falsedad; luego este testimonio de dicha Real Cédula
es falso, falsa su encapitación, falsa la existencia y falso todo lo que, en
virtud de ella, han obrado Doña Manuela, Don Diego Bentancur y Don José Vicente
su apoderado y protector; porque hacer la falsedad o usar de ella importa lo
mismo, para lo que es la punición de este atroz, gravísimo delito…”. (José G. Túpac Amaru, 1777)
El litigio no tuvo ganadores y
ambas familias perdieron mucho, tanto su tiempo y honor, como grandes sumas de
dinero en apoderados, abogados, escribanos, secretarios, asesores, etc. El
mismo cacique Don José Gabriel Túpac Amaru contrajo una deuda de aproximadamente
8 000 pesos en Lima que no pudo pagar hacia 1778.
En el caso de los Betancur se
sabe que siguieron intentando obtener el reconocimiento del gobierno virreinal
y de los Incas del Cuzco. No lo consiguieron en la realidad, pero si dentro de
la historia documental que ellos crearon para la posteridad.
Lo único que se sabe es que el
rey Don Carlos III le hizo una llamada de atención a la Real Audiencia de Lima
en 1772 y le señaló en 1773 a su consejero Gálvez que "Incas, fingidos
son ya muchos, con tan crecidas y perjuiciosas pretensiones que ya no temen
disimular conmigo". Porque los Borbónes al parecer habían dado
instrucciones a sus Audiencias para ya no recibir más en los tribunales los
reclamos de los supuestos descendientes de los soberanos indígenas, por ser muy
costosas para la Real Hacienda y por haber "pasado ya mucho tiempo"
desde que reinó Carlos I.
"Que en el expediente del
expresado Josef García se ve también que habiendo seguido litigio con el
rebelde Josef Gabriel Tupa Amaro, sobre cual de los dos era el legítimo
descendiente de los [Reyes Incas del Perú] en la Audiencia de Lima, desaprobó
Su Majestad que hubiese admitido semejante instancia, por ser susceptibles de
gravísimos inconvenientes estas disputas, y pretensiones de entronques con los
"Incas supuestos y fingidos", contra todo lo que consta de la
historia acerca de la extinción de la familia referida, y por consiguiente
dando lugar a mil supercherías y suplantaciones [...] En la Ciudad de Mexico a
28 dias de noviembre de 1796". (Francisco J. de Borbón, 1796)
REFERENCIAS
* Transcripción cogidas del Centro Cultural Movimiento Imperial.
* wattpadd.com/user/Movimientoimperial
* movimientoimperialf.imperial33@gmail.com
**Hecha Corrección de Estilo sobre la transcripción.